Para fundir los metales que se quieren unir se utiliza un electrodo, que puede ser de diferentes materiales, como acero al carbono, aluminio, cobre, entre otros. Así, el electrodo se acerca a la pieza y se produce un arco eléctrico entre ambos. La energía del arco funde el electrodo y la pieza de trabajo, creando un hilo de metal líquido que se solidifica cuando se enfría.