No fue hasta 1996 cuando el Ministerio de Cultura evidenció la falta de espacio del edificio principal, por lo que convocó un concurso público para la ampliación del Museo del Prado. Así, el proyecto presentado por Moneo, “Buen Retiro”, fue elegido por unanimidad frente a los más de 700 proyectos expuestos.
En el plan propuesto, se añadía un edificio de nueva planta articulado en torno al claustro restaurado de los Jerónimos. La fórmula de ampliación permite al Museo disponer de los espacios y las instalaciones adecuadas para el desarrollo de su actividad interna. Además, la ampliación de los Jerónimos supuso la recuperación de una cuarta parte de espacio del edificio principal.